Masacre en Newhall: el día negro de la California Highway Patrol

Como presentación en esta web UltimoCartucho.es, en esta mi primera intervención comentaré un suceso que, aunque el próximo mes de abril hará 45 años de él, es poco conocido en nuestro país (quizás fue eclipsado por el tiroteo de Miami de 1986). La masacre en Newhall marcó un antes y un después en la formación táctica de la policía USA, y se considera el catalizador de los modernos sistemas de entrenamiento, lo que se denomina “officer safety”. Las conclusiones de este enfrentamiento son de una utilidad aplastante, no obstante creo que muy pocos profesionales armados de nuestro país las conocen.

Asimismo, considero que es un tema de actualidad, ya que los implicados eran algo similar a los “policías municipales” en nuestro país: agentes destinados, entrenados y equipados para tareas de seguridad vial, que una vez en la calle debían realizar funciones de seguridad ciudadana, arresto de criminales de alto riesgo, y por supuesto, uso de sus armas de fuego reglamentarias. Los recientes acontecimientos relacionados con el terrorismo yihadista producen un riesgo cada vez mayor de que agentes de policía “normales” puedan verse envueltos en tiroteos de gran entidad, con varios atacantes e incluso con armas de gran potencia.

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Placa conmemorativa en honor a los 4 agentes fallecidos en Newhall

Para que nos hagamos una idea del status de los integrantes de la California Highway Patrol, a pesar de que fue fundada en 1929, hasta 1968 no se consideró agencia de “policía”, y anteriormente a esa fecha, sus miembros no eran “agentes” (Law Enforcement Officers), sino oficiales de tráfico desarmados. Aunque algunos de ellos portaban armas de fuego, esto era una práctica ilegal. A partir de 1966 se comenzaron a adquirir revólveres S&W de los calibres .38 Spl. y .357 Magnum, usándose los primeros para entrenamiento y los segundos para el servicio. Grave error, como se demostraría 4 años después.

Los modelos reglamentarios en 1970 (fecha del enfrentamiento), eran los S&W M19 K frame de 6 pulgadas y los Model 28 Highway Patrolman de 4 o 6 pulgadas de cañón. La diferencia entre ambos era el tamaño del armazón, K en el caso del 19 (más compacto), y N en el modelo 28, que era una versión económica del buque insignia de la marca, el modelo 27. No obstante, ambas eran armas de gran calidad para los estándares de la época. La munición utilizada era semiblindada de 158 grains, más tarde cambiada a 125 grains JHP tras varios problemas de sobrepenetración. Hasta después del tiroteo no se distribuyeron speed-loaders. Cada vehículo patrulla portaba una escopeta Remington 870, con 4 cartuchos en el depósito de carga, como era costumbre en la época (había que montar el arma para introducir el primer cartucho en la recámara).

Este arsenal puede parecer suficiente, pero no lo es tanto si consideramos que:

Los entrenamientos se realizaban con revólveres del .38 Spl, con un retroceso muy inferior al .357 Magnum de servicio. Este hecho es común en algunos departamentos, con el objetivo de poder entrenar con menor presupuesto (la munición del .38 es más económica que la del .357). También para poder “mantener la aptitud” de agentes que no pueden manejar el retroceso de la cartuchería Magnum. Un ejemplo más reciente de este problema se dio a finales de los años 90, cuando los agentes del F.B.I. de menor talla no lograban pasar las tiradas oficiales con las pistolas reglamentarias de 10mm, obligando a la agencia a adquirir una carga reducida. Esto es un grave error, los usuarios han de estar física y psicológicamente a la altura del equipo que han de manejar, ya que en muchos casos, es lo mínimo aceptable para cumplir con los requerimientos del trabajo.

– Los ejercicios eran de tiro estático. No se practicaba lo que hoy llamamos tiro de combate, ni con baja luminosidad, recargas, tiro en equipo, etc. Era tiro “deportivo”. Esto, una vez más, sigue ocurriendo hoy en día.

– Los agentes no entrenaban con las escopetas. Las armas largas son una cuestión peliaguda, cuanto menos. Son demandadas y en muchos casos necesarias, pero plantean serios problemas logísticos: adquisición de armas y municiones, fundas para cargadores, adaptación de los vehículos policiales para portarlas, y lo que es más importante, disponer de lugares adecuados para entrenar con ellas. Muchas comisarías cuentan con galerías de tiro de 25 metros aptas para el uso de armas cortas, pero muy pocas de ellas podrían resistir impactos de proyectiles de alta velocidad. Y no nos engañemos, sin entrenamiento, un arma larga es más un peligro que una ayuda, como precisamente ocurrió en el tiroteo de Newhall.

En algunos estamentos se ha optado por el uso de P.D.W. (Personal Defence Weapons), pero estas armas, al disparar municiones especiales, serían una pesadilla logística para algunas fuerzas policiales. Una opción interesante son los kits de conversión (Roni y similares), y que utilizan el arma de servicio para configurar una especie de carabina, a la que es posible añadir visores, linternas, cargadores de repuesto, etc. Este tipo de artefactos aumentan la potencia de fuego en términos de estabilidad en el tiro (mayor precisión), utilizando la misma munición reglamentaria, y por tanto, las mismas instalaciones en las que entrenamos cotidianamente.

No existían protocolos, directrices o políticas respecto a intervenciones, autoprotección, alerta situacional, etc. Los agentes identificaban igual a un conductor despistado que a un posible delincuente armado. Esto precisamente ha mejorado con diversos programas de entrenamiento, que en España se van implantando con lentitud, y no en todas las unidades.

El encuentro de 4 agentes de este cuerpo con 2 delincuentes peligrosos, preparados técnica y tácticamente, determinados a luchar y con un arsenal que doblaba en cantidad el de las 2 patrullas, resultó en la mayor masacre sufrida jamás por la Policía de California.

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Revólver S&W Model 28 con armazón compacto, de dotación en la C.H.P.

Los antecedentes: el 5 de Abril de 1970
Bobby Augusta Davis, de 27 años, y Jack Twinning, de 35, eran dos criminales profesionales con amplios antecedentes delictivos. El día del tiroteo habían estado practicando en las montañas para un próximo golpe, y en su Pontiac rojo amasaban un arsenal de armas cortas, escopetas y rifles.

A las 23:20 horas, dos ciudadanos anónimos, Jack y Pamela Tidwell, circulaban por la autovía 99 dirección sur al norte de Newhall, cuando casi colisionaron con un Pontiac que realizaba un giro prohibido. Jack bajó la ventanilla y recriminó al otro conductor su actitud, continuando ambos vehículos hasta un stop. Al quedar ventanilla con ventanilla, el conductor imprudente sacó el cañón de un revólver por la ventana y amenazó a Tidwell, burlándose de él. Una patrulla de la CHP se aproximaba, de modo que el individuo se dio a la fuga. Los Tidwell condujeron 8 millas para alejarse del lugar, y llamaron a la central de la C.H.P. de Newhall, facilitando el modelo y matrícula del Pontiac.

El aviso se pasó a la unidad 78-8 (oficiales Roger Gore y Walt Frago), a quienes se informó (grave error) de que se trataba de un incidente menor con algún cazador de la zona.

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Portada de la prensa de la época, informando de la masacre de Newhall

A las 23:44 horas, la patrulla contactó con Central para informar de que habían localizado el vehículo sospechoso y que lo seguían dirección sur, cerca del taller de I.T.V. de Castaic. El hecho se comunicó a la patrulla 78-12 (oficiales Pence y Alleyn), que estacionaron su vehículo policial 2 millas al sur del taller, esperando interceptar a los sospechosos.

Gore y Frago observaron al Pontiac girar en Henry Mayo Drive, y enfilar la cafetería “J´s” cerca de la estación de servicio Standard. Una tercera unidad del C.H.P. se encontraba a 3 millas de distancia y también se dirigió a la zona, justo cuando la Unidad 78-8 avisó de que se encontraba en contacto con los sospechosos.

Según el informe del C.H.P. y los testimonios de más de 30 testigos, esto es lo que ocurrió a continuación:

El enfrentamiento: la masacre del C.H.P.
Los dos oficiales salieron del vehículo policial y se acercaron al Pontiac. Gore se dirigió a los delincuentes directamente, mientras Frago le cubría con la escopeta Remington 870 del vehículo. Algunos testimonios señalan que este último portaba la Remington en posición “no táctica”. En su lugar, la apoyaba en la cadera con el cañón hacia arriba, en vez de utilizar un low ready o apuntar directamente al coche.

Gore ordenó a los sospechosos que salieran del vehículo: Davis obedeció al agente, apoyando las manos en el maletero para ser cacheado. Frago se movía alrededor del coche, y al pasar junto a la puerta del acompañante, ésta se abrió súbitamente. Twinning, que no estaba cubierto por los policías, disparó a corta distancia con un revólver S&W 28 del .357 Magnum. 2 impactos alcanzaron al patrullero en el tórax, matándolo instantáneamente.

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Uno de los coches patrulla con uno de los agentes fallecidos

Al observar lo sucedido, su compañero desenfundó su revólver de servicio calibre .357 Magnum y comenzó a disparar hacia el asesino, descuidando la atención del primer sospechoso que estaba junto a él. El resultado de este fatal error fueron 2 impactos del .38 Spl que penetraron en su torso por el lado izquierdo, atravesaron su cuerpo y quedaron alojados en el lado derecho sin salir del mismo. El Oficial de Policía cayó muerto casi instantáneamente.

Justo en ese momento, la segunda patrulla de policía llegó a la escena, siendo recibidos por una lluvia de balas. Tras agotar la munición de sus revólveres, los 2 delincuentes se volvieron hacia el Pontiac para rearmarse: Davis empuñó una escopeta de cañones recortados, y Twinning una pistola tipo 1911 del .45 ACP. Tras efectuar 1 disparo desde el interior del vehículo, la pistola sufrió una interrupción. El asesino desechó el arma y empuñó otra pistola del mismo modelo.

Los policías respondieron al fuego, Alleyn disparando tan rápido la escopeta 870 que eyectó un cartucho sin disparar. Uno de sus disparos alcanzó a Twinning en la frente, pero sin mayores consecuencias (el perdigón no debió penetrar la bóveda craneal). Tras gastar los 4 cartuchos (recordemos que 1 no llegó a dispararlo), Alleyn desenfundó su revólver .357 y disparó los 6 cartuchos sin obtener ningún impacto.

Cuando fue evidente que se había quedado sin munición, Davis se alzó y disparó con la escopeta recortada alcanzando mortalmente al agente con varias postas 00.

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Los 4 agentes de policía fallecidos en el tiroteo de Newhall

En ese instante, uno de los testigos llamado Gary Kness, antiguo Marine, decidió unirse a la batalla saltando de su coche y corriendo hacia el Oficial Alleyn, al que trató de arrastrar fuera de la zona batida. El policía era muy pesado y no lograba moverlo, cuando observó horrorizado cómo Davis desechaba la escopeta recortada y recogía del suelo el arma larga de Frago. Instintivamente, el delincuente trató de accionar la corredera, pero al no haber sido disparada, el seguro de cierre se lo impidió. Eventualmente, metió el dedo en el gatillo y disparó el cartucho de la recámara al aire. Quizás al no conocer su funcionamiento, esto disgustó al criminal, que tiró la escopeta y cogió el revólver de servicio de la funda de Frago, cuyo cadáver yacía a su lado.

Al mismo tiempo, Pence intercambiaba disparos con Twinning. Disparó los 6 cartuchos de su S&W sin obtener ningún impacto. En cambio, Twinning si que le alcanzó en 4 ocasiones con la .45, 2 en el pecho y 2 en las piernas.

El único agente con vida en aquel momento, se agachó para recargar el revólver M-19 vacío. En aquella época aún no se habían distribuido speed loaders (cargadores rápidos), por lo que debía hacerlo uno a uno. Demasiado lento… justo cuando cerraba el cilindro del revólver, Twinning estaba detrás de él, con el cañón de la 1911 contra su nuca. Pence escuchó “ya te tengo”, y al girarse vio como el asesino disparaba 2 veces a la cabeza al policía, prácticamente ejecutándolo.

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Otro de los revólveres envueltos en el tiroteo fue el Smith & Wesson Model 19

Decidido a actuar, el ex-Marine recogió la escopeta de Alleyn del suelo, apuntó a Davis y disparó, pero el arma estaba vacía. La tiró y empuñó el revólver del mismo agente, impactando en el Pontiac. El proyectil rebotó y un trozo del mismo se alojó en el pecho de Davis, pero sin incapacitarlo. Desafortunadamente, no había más cartuchos en el arma.

Al ver que no iba a poder vencer, Kness corrió hacia una cuneta donde se ocultó. Eran aproximadamente las 00:00 horas cuando la tercera patrulla llegó al parking. Los delincuentes estaban casi sin munición, por lo que tras un corto intercambio de disparos con los policías, huyeron cada uno en una dirección diferente.

Davis fue arrestado 4 horas después, tras robar otro vehículo y ser rodeado por agentes del Los Angeles County Sheriff´s Department. Ya no disponía de munición.

Twinning se atrincheró en una casa, tomando como rehén a su propietario, Stephen Hoag. Tras varias horas de negociaciones, un grupo de agentes del mismo Departamento del Sheriff dispararon gas lacrimógeno por las ventanas y trataron de entrar en el edificio, momento en el que Twinning se suicidó con un disparo de escopeta (la Remington de Fargo, que se había llevado de la escena del crimen).

Davis fue condenado a cadena perpetua, suicidándose en prisión el 16 de agosto de 2009.

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Una de las diversas publicaciones que narran y analizan este trágico suceso

Las consecuencias
Como señalé en la introducción, se considera que este tiroteo fue el origen de los modernos sistemas de entrenamiento policial. Tras él, el C.H.P. introdujo cambios en los ejercicios, incluyendo disparos a blancos móviles, con poca iluminación, disparando en movimiento, etc. más cercanos a lo que conocemos como “tiro policial”. También se abolió la costumbre de entrenar con .38 y trabajar con .357, motivo por el que los agentes fallaron TODOS los disparos efectuados: no estaban acostumbrados al retroceso del Magnum, le tenían “miedo”.

A mediados de los años 70 se adoptó el S&W modelo 68 en calibre .38 Special como modelo de servicio, y a finales de los 80, su arma actual, el S&W 4006 en calibre .40 S&W. Asimismo, destacar que, a falta de speed loaders, un arma de back-up hubiera salvado la vida de Pence.
También se desarrollaron nuevas tácticas de intervención. Twinning les comentó a los agentes poco antes de morir que la actitud descuidada de Frago les hizo decidirse a disparar. A partir de entonces, se comenzó a diferenciar las intervenciones según el nivel de riesgo.

De este incidente se pueden extraer multitud de enseñanzas, que se condensan en la siguiente lista, estructurada como una regla nemotécnica en base a la palabra NEWHALL.

Never approach a dangerous situation until you´re adequately prepared and supported (nunca afrontes una situación de peligro hasta estar preparado y disponer del equipo necesario) Este punto hace referencia a colocarnos en la mejor posición táctica posible, antes de intervenir.

Evaluate the offensive and determine if you might be dealing with something heavier and more dangerous than it looks (evalúa la situación y determina si puedes enfrentarte a una amenaza más grave de lo que parece a primera vista). Es necesario detenernos y observar unos segundos para evaluar la situación: cuántos son, qué armas tienen, en qué posición se encuentran, etc. Un estudio de la Policía Local de Barcelona del año 1997 estableció que en el 59% de los casos, en una escena era difícil distinguir entre infractores, agresores, sospechosos y víctimas.

Wait for back-up (espera al apoyo). Nunca intervengas sin el apoyo de los compañeros a no ser que sea absolutamente necesario.

Have a plan (ten un plan – y un plan de respaldo). Nuestro entrenamiento incluirá procedimientos operativos para todas las situaciones que se puedan presentar.

Always maintain advantage over the opponent (mantén siempre la ventaja sobre el adversario). Nunca dejes que nadie se coloque en una mejor posición táctica que tú.

Look for the unusual (busca lo inusual). La alerta situacional y el giro OODA son la clave para prevalecer.

Leave the scene when in doubt (ante la duda, retrocede). Ante la duda, retrocede y pide refuerzos.

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