Nunca sabes cuánto puedes echar de menos un objeto tan aparentemente insignificante como un llavero de rescate hasta el día que realmente lo necesitas. Porque es en ese preciso instante, ese momento en el que tu supervivencia está en juego, cuando verdaderamente vas a aprovecharte de todas sus ventajas.
En la zona donde reside quien escribe, la habitualmente soleada y cálida Valencia, suele producirse un fenómeno meteorológico, generalmente durante los primeros meses del otoño, que popularmente se conoce como “gota fría”. Supongo que a la mayoría de vosotros os sonará este proceso lluvioso, aunque si no es así, os describiré brevemente en qué consiste. Se trata de una acumulación repentina de chubascos y tormentas de extraordinaria violencia, muy localizados, y de poca duración. Este fenómeno ha sido el causante de las mayores inundaciones y riadas que ha sufrido la Comunidad Valenciana, y es también quien provocó el suceso que a continuación paso a relatar.
Un conocido de la familia, propietario de un vehículo SUV o todocamino, esa especie de híbrido entre vehículo todo terreno y berlina, se vio inmerso con su coche en una fuerte tormenta acaecida durante un episodio de gota fría. Fruto de esta violenta tromba de agua, varias caminos rurales se vieron rápidamente anegados, consecuencia del desbordamiento de un pequeño barranco local (ya se sabe, el agua siempre a sus orígenes).
Como consecuencia de dicho desbordamiento, el protagonista de nuestra historia quedó atrapado con su vehículo todocamino en medio de un pequeño lodazal, con el agua llegando en altura casi a la mitad de su puerta (aproximadamente unos 60-70 cm). El agua y el barro alcanzaron el motor y la electrónica del coche, dejándolo completamente inactivo. El cierre centralizado se bloqueó, el motor de arranque se averió, el elevalunas eléctrico dejó de funcionar… Y mientras tanto, el nivel de agua seguía subiendo.
Las puertas estaban bloqueadas por la fuerza del agua, y el miedo y la sensación de peligro no paraban de crecer. Finalmente, logró calmar momentáneamente su ansiedad y nuestro protagonista encontró una posible vía de escape de esa jaula de acero en la que se había convertido su flamante SUV. Al menos, fue la que él mismo intuyó que sería más fácil de derribar: el techo solar. Con un pequeño martillo de emergencia que guardaba en su guantera (como los que habitualmente encontramos en numerosos autobuses turísticos), golpeó el cristal del techo solar y tras propinarle varios golpes consecutivos (no se rompió a la primera ni mucho menos), consiguió truncarlo y salir de su vehículo. Poco después, en cuanto, comprobó que el agua estaba completamente estanca y que podía alcanzar un pequeño muro de hormigón que protegía un naranjal adyacente, decidió saltar y ponerse finalmente a salvo.
Pocas semanas después de que tuviera lugar este suceso, mientras me contaba la historia, le hablé de la existencia de los mini llaveros de rescate, unas herramientas de apenas 15 gramos de peso, y que en su caso le hubiera supuesto de gran ayuda. Su respuesta fue directa: “Quiero uno”. Hoy no se separa de él y es el llavero que acompaña a las llaves de su vehículo. Sí, el mismo SUV del que casi no logra salir.
Ventajas de los llaveros de rescate
Estos llaveros de rescate se caracterizan por ofrecer en un mismo producto dos soluciones de emergencia. Por un lado, disponen de un protegido filo especialmente indicado para cortar cinturones de seguridad. En numerosos accidentes de tráfico, el cinturón de seguridad suele quedar bloqueado, o sencillamente el propio accidentado, por su posición o cualquier otro condicionante, no tiene la posibilidad de acceder al botón que lo libera. Para facilitar su corte, este llavero, al cual podremos acceder rápidamente si lo llevamos junto a la llave de encendido de nuestro vehículo, cuenta con el citado filo que es capaz de rasgar y cortar cualquier cinturón que se le ponga por delante.
La otra herramienta de emergencia con la que están equipados estos llaveros de rescate es un eficaz y práctico rompe cristales. Se trata de una punta afilada, que se mantiene oculta y sujeta por un muelle, y que al colocarla directamente sobre cualquier ventanilla y pulsar un botón que libera ese muelle y lanza la punta con fuerza, consigue hacerla añicos. Esto es fundamental para poder escapar y salir por ejemplo de un vehículo que ha comenzado a incendiarse, o que ha caído a un pequeño lago, ya que aunque pueda parecer lo contrario, los cristales de un automóvil no se rompen con facilidad. Ni mucho menos lo hacen como una patada, como en las películas. Se necesitan herramientas acondicionadas para ello, y este llavero de rescate es una de ellas.
El protagonista de nuestra historia tuvo la suerte de cara por partida doble, ya que portaba en la guantera un martillo de emergencia (algo no muy habitual en la mayoría de conductores); y lo que es más importante, tuvo la oportunidad de llegar a él. Imaginaos si el coche llega a estar volcado por un accidente, o su cinturón de seguridad bloqueado. Seguramente le habría sido imposible cogerlo. Todo lo contrario que con el llavero de rescate, el cual repetimos que al llevarlo junto a la llave de contacto, suele estar mucho más a mano en caso de necesitarlo.
En el mercado actual podemos encontrar varios modelos de llaveros de rescate. Entre los más populares se encuentran los afamados llaveros ResQMe, y el llavero Evac3, ambos diseñados y fabricados en Estados Unidos. Estos dos llaveros de rescate poseen un diseño muy similar y funcionan a la perfección, convirtiéndose en una herramienta que podría salvarnos la vida. Un objeto de supervivencia imprescindible para nuestro día a día y que no debería faltar en ninguno de nuestros llaveros.
