MENTIRAS QUE MATAN (Parte II): El instructor de la vergüenza

De nuevo aparezco ante ustedes con el cuchillo entre los dientes. Y es que uno tiene abundantes argumentos para liársela parda a más de un becerro disfrazado de formador de agentes de la autoridad.

Resulta que Paco, que es un policía con inquietudes profesionales, de esos que siempre quieren aprender más en todas las áreas, acudió esta mañana a la segunda práctica anual de tiro estipulada en su cuerpo. El bueno de Paquito dice que su instructor de tiro, mando intermedio ante quien debe comparecer cuando ha de dar cuenta de intervenciones de relevancia judicial, le ha llamado fantasma y pistolero por exigirle una pizca de realismo en el campo de tiro. Paco únicamente le dijo, según me ha verbalizado hace un rato café en mano, rebosando pena, ira e impotencia a partes iguales, que “a ver cuándo disparamos con un poquito de seriedad, porque esto no es más que un mal paripé, para engañar a quienes pasan de todo, sabiendo de nada”.

Este excolega de fatigas callejeras asegura que solo deseaba disparar desde distancias más cercanas a las impuestas, pertinaz y tozudamente, por la verdad de la puta calle, “porque nos pone a tirar desde 20, 15 y 10 metros —se refiere a su instructor—; y encima me impide usar la doble acción, incluso cuando ya estamos en la raya de los 10 metros. Me obliga a tirar siempre en simple acción, alegando que así es más fácil acertar, como si acaso fuese a tener tiempo para cargar la pistola y apuntar con calma y tranquilidad, como él dice que hay que hacerlo, aun cuando ya me estén cosiendo a navajazos o pateando la cara. Esto es para denunciarlo en el juzgado”. Pues oye, sí que sí, es para denunciar al instructor, al jefe que lo mantiene en el puesto y al sindicato que a todos ellos ampara y cubre, sin querer saber de la misa la media.

Esa es la razón por la que Paquito se ha tenido que buscar la vida para entrenar de ‘paganini’, acoquinando de su bolsillo, con instructores que sí conocen la realidad y la dinámica de los enfrentamientos (nunca lo he tenido en mis líneas de tiro). Aun así, significar que hay muchos profesores forrados gracias a sus sobrevalorados currículos, aunque sobre el tapete solo sepan poner el mismo mojón de toda la vida, si acaso envuelto, a modo de celofán, en modernos palabros y en estéticas la mar de ‘yotuberas’.

“No es la primera vez que me ofende buscando las risas y los aplausos fáciles de los borregos que le ríen las gracias. Se mofa de mí cada vez que le pido algo más de munición. No la quiero para llevármela, sino para usarla allí mismo y ante él. Pero dice que tirar demasiado es malo, que me voy a volver majareta y que cuanto peor sepa usar la pistola mejor para mí, porque de lo contrario cualquier día podría terminar disparándole a alguien. Me recomienda, y eso que es mando, que evite complicarme la vida; que me dé por piernas, vamos, a poco que la cosa se ponga fea. Según parece, y esto lo digo yo y no mi antiguo compañero Paco, para más golfos de los que podemos permitirnos ese es el perfil del policía ideal, el que pasa de largo y de todo.

Como ven, nada nuevo bajo el sol. Siempre han existido los usurpadores de puestos robados a quienes en verdad se los merecían. La vida misma, en todos los órdenes y en todas las profesiones. Indignos que pisotean a los dignos. Trepas convenientemente apadrinados. Lo curioso es que el ‘bastardete’ este es de los que se pavonea luciendo la chapita del curso de instructor; presumiendo, en la puerta del colegio de sus hijos, donde nadie lo conoce policialmente, de ser una puta máquina de combate que lo mismo mata a pellizcos, que a mordiscos, que a balazos. Otro fantasma más que si mata es por halitosis, amén de por empujar a los suyos contra el precipicio. Dios mío, qué asco; qué vergüenza; qué tristeza; qué rabia; qué mierda; qué peligro; qué mentira.

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8s Comentarios

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    Yo hace tiempo que no me resigne a los mismo.
    La solucion se llama IPSC.
    Es mas, incluso cuando puedo me acerco a la galeria para en solitario realizar mis entrenamientos en seco. Entrenamientos tipo competicion pura y dura de IPSc y entrenamientos realistas tipo FORCE on FORCE.
    Hay que buscarse la vida si no queremos que nos la quiten en la calle.

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      La solución es IPSC? Seguro? Algo que es un deporte/competición/juego lo comparas con un trabajo, cuya intervención armada haría que estuviera en juego tu vida? Algo que está basado en la búsqueda del objetivo, cuando la realidad del policía es que es el actor secundario y lo que prima es sobrevivir. Yo te propongo otro tipo de formación. Hace un tiempo empecé a entrenar SIDE y mi perspectiva cambio. He encontrado donde entrenar algo basado en un estudio científico y acto para nuestro trabajo. No es una crítica hacia el IPSC, simplemente no lo veo policial ya que las reglas no son las mismas.

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    Por cierto, enhorabuena por el artículo. A ver si se van despertando conciencias de que por dinero no todo vale, y más cuando pones en riesgo la vida de compañeros.

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    Alguien González

    Yo tengo la «suerte» en mi plantilla de contar con un par de instructores de los que reclama Paco en el artículo. No siguen las mínimas normas de seguridad, ni antes, ni durante ni después de la realización de los ejercicios de tiro, que por cierto se hacen con un descontrol absoluto.Provocan rebotes con gente de pantalla detrás de ellos. Dan órdenes confusas a la hora de municionar cargador, montar el arma, y efectuar el ejercicio de tiro(meter estrés en seco está bien, pero cuando el ejercicio es real, con gente alrededor y descontrol absoluto, la cosa se pone fea), han habido varios disparos fortuitos en la «linea de tiro», proyectiles silbando a centímetros de tu cabeza. ..¿Eso es un buen entrenamiento?…¿Exponer a un conjunto de alumnos a que sean lesionados por un rebote provocado?¿que hay de la prevención en riesgos laborales?…según ellos, mis instructores, los grupos de élite de las FFCCSS no saben disparar y aseveran, además, que «la verdad» sólo la conocen ellos(los instructores)….prefiero hacer IPSC, solo, sin exponer a nadie, y entrenar tiro reactivo-defensivo,, ….solo también, a ser lesionado por un rebote. Amén de que las clases teóricas ni están organizadas, ni planificadas, y encima se dirigen a ti de malas formas, con malos modales. Si esa es la formación que busca Paco les regalo a estos instructores-dioses

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      Ernesto Pérez Vera

      Estimado Alguien González, soy el maldito hijo de puta que ha escrito el artículo.

      ¿Crees que Paco reclama ser formado por un malnacido que no sabe de tiro y seguridad en el manejo de armas? Te equivocas, don Alguien. Te equivocas tanto como cuando piensas que saber de tiro y armas es tener todo organizado, aun cuando seas un inútil. Detecto en tus comentarios que piensas que los que saben de tiro son los que tú conoces, porque o tiran muy bien o porque hacen las cosas cuadriculadamente sin cuestionarse la validez de lo que enseñan a sus alumnos, basándose paso a paso en el manual que siempre tiene la razón. Puede que ciertamente sean la caña, cosa que no pongo en duda por no saber quiénes son. Pero hay más, lo que sucede es que la gente no sabe que no sabe.

      Por otra parte, insinúas que los que enseñamos (yo ya no lo hago) algo distinto al paripé estático del toque de silbato, somos peligrosos tarados. Pero Alguien, que buen nombre te has puesto por cierto, deja que te diga que tanto en las arcaicas líneas de tiro que a ti te gustan como en las que otros proponemos, se producen accidentes. Y cuando se dan los accidentes no siempre son por culpa de los instructores, que también, sino por otros muchos motivos que no encarta ahora enumerar. Dicho esto, cuando yo era militar vi muchos disparos no deseados; cuando fui vigilante, también; y cuando fui escolta, más de lo mismo; pero es que siendo policía no los he visto más que en los despachos y vestuarios, pues durante 14 años jamás mi plantilla fue llevada al campo de tiro. ¡Ah! Jamás ejercí de instructor en mi cuerpo. Repito, jamás. No lo hice por motivos varios: el primero porque allí no se entrena, como ya he dicho antes; y el segundo porque yo no hubiese tragado por manuales insulsos, de ahí que se me dijera que yo en la vida iba a poder ocupar dicho puesto.

      Pero dicho esto, en mis líneas de tiro como instructor privado de policías y militares (también de funcionarios de otros estamentos) nunca se escaparon tiros. Nunca. Y no solo pasó así porque yo estuviera siempre muy atento a lo que hacían mis alumnos, corrigiendo hasta la saciedad las más mínimas situaciones de riesgo, sino también porque siempre mantuve el control total y absoluto de todo lo que hacíamos o íbamos a hacer. Cero descontrol y mucha organización, lo siento, pero no todos somos unos locos. También tuve suerte, la verdad, porque algunos no merecían llevar un arma, por muy alumnos míos que a veces fuesen.

      Por tanto, dile a tus instructores, de mi parte, que son unos mierdas tan grandes como los que el pobre Paco sufre semestralmente. A Paquito nunca se le han escapado tiros, según me ha dicho tras darle a leer tu comentario, mas dice que a su instructor sí que se le han ido unos cuantos en los últimos cinco años, amén de a otros componentes de su cuerpo. O sea, que el instructor de Paco, ese que tanto anhelas tener en tu plantilla, es tan peligroso y bochornoso como esos que tú sufres y que son, según tú mismo reconoces, unos mamarrachos y unos peliculeros. Porque oye, Alguien, si piensas que entrenar con realismo es dar volteretas, hacer payasadas y que el instructor te pegue y te insulten, es que has visto a muchos fantasmas. Decirte, también, que ni yo ni los instructores con los que he trabajado formando ha grupos de policías, nunca hemos gritado, insultado, empujado y dado estúpidas volteretas por los suelos. Si tus instructores son de esos, fijo que jamás bebieron de este asqueroso instructor que soy.

      Me he autoinsultado al inicio, en la presentación, porque solo así puede ser tildado quien propone lo que tú dices creer que yo propongo. Pero como estás equivocado, cosa que podrás entender si lees bien esta respuesta, quiero decirte que yo no apuesto por descontroles en las líneas de tiro, sino por otra cosa que veo que tú no conoces, por lo que procedo a apearme el trato de hijoputa y de maldito.

      Saludos.

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        Alguien González

        Disculpa Ernesto, pero no pongas palabras que no he dicho, de la crítica mordaz al insulto hay muchas diferencias, y en ningún momento he llamado a esos instructores con los calificativos que tu has escrito en mi nombre.

        En segundo lugar, yo también soy instructor de tiro, y no ejerzo en mi plantilla por diversas cuestiones, y estoy plenamente de acuerdo con las directrices marcadas en la instrucción de la que planteas. Tan sólo en mi comentario he expuesto que existen instructores que quieren aproximarse tanto a la realidad que obvian otros factores tan básicos como son la seguridad y la organización, y es lamentable que por una orden confusa con fuego real en una línea de tiro, más los asistentes atrás observando,el ejercicio, se escapen tiros, máxime después de haber dado una teoría sobre ese ejercicio y las manipulaciones del arma que se van a efectuar.

        Ya sabes que existen multitud de ejercicios que aproximan en la medida de lo posible una situación real, pero esos ejercicios deben de ser efectuados manteniendo unos mínimos de seguridad. A modo de ejemplo, a mi no se me ocurriría poner a dar vueltas a un alumno para desorientarlo, y que cuando le indique dispare a los blancos, con unas 20 personas detrás de él y del instructor….a esta gente sí.

        Principalmente mi crítica se basa en la absurda exposición a riesgos indeseados, y por otro lado a la actitud chulesca de los instructores….escuelas hay muchas, como en todas las disciplinas, pero no pueden ser todas malas y solo buena la tuya…ellos dicen estar en posesión de la verdad, …cuando explican un concepto no lo argumentan, indican que es «porque lo digo yo, esto pasa así y es suficiente»…y hay muchas formas de llamar la atención en una clase teórica(sobre todo con gente que ha dormido poco por cuestiones del servicio,y no proceder a gritar»aqui no vengo yo a dar explicaciones para que la gente no me atienda, quien no quiera estar que se marche a la puta calle»….cuando en primer lugar es contraproducente el asistir a prácticas de tiro sin haber descansado lo suficiente).

        De estas hay muchas, y estoy de acuerdo con las reclamaciones de Paco, pero que tenga la suerte, por lo menos, de no encontrase con instructores como los que me ha puesto mi jefatura.

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        • Ernesto Pérez Vera

          Hola, de nuevo. Te llamaré ahora González, ya que parece que estamos tan de acuerdo en todo que no sé cómo pude entender mal tu anterior comentario.

          Voy a tratar de pormenorizar un poco mis respuestas. A ver, cierto es que tú no insultas a nadie en tu comentario anterior. Soy yo quién lo hace al responderte, pero obviamente no te esputo a ti. Pero vamos a ver, si me dices que tus instructores ponen en serio y grave peligro a sus alumnos, a ti incluido, qué menos que llamarles bastardos, ¿no? Será que tengo menos educación y carrete que tú, pero cuando alguien me pone en riesgo o pone a uno de los míos en el precipicio, no me sale más que un exabrupto, o varios.

          Dicho eso, comprenderás que me tomara a mal tu idea de que Paco, que es un policía local que existe de verdad, quiera tener instructores ilusos como los tuyos. Él también te ha leído y se ha indignado bastante. Paco solo quería entrenar bien, lo que implica hacerlo con seguridad. Por tanto, al decir tú que tus instructores son un chiflados que adoran el peligro y que eso es lo que Paco anhela, pues oye, me fastidia. A él también. Porque insisto, ese policía solo quería poder tirar a una mano, en doble acción y por lo menos a 2 metros del blanco. Pero hijo, no lo dejan, se lo niegan. También es verdad que yo le recomendé que hablara con su instructor para que hicieran desplazamientos (obviamente con seguridad), pero dado que su formador es un zoquete que no sabe lo que es la doble acción, cómo demonios iban a llegar a algo como lo por mí expuesto. Y menos mal, porque a todas luces hubiese sido inseguro que un instructor que no conoce lo básico, se aventurara a tales movimientos por él desconocidos.

          Por otro lado, esas prácticas que acabo de referir no tienen por qué ser inseguras si se hacen con seguridad. Eso de dar vueltas y vueltas para marear al alumno, es algo que nunca he hecho. No lo he hecho ni con otros tiradores detrás mirando, ni solito en el campo de tiro. Es posible que nunca recurriera a ello porque solía entrenar a gente con niveles que iban del nulo al mediado, habiendo pocos muy buenos, aunque sí algunos buenos. O sea, que nunca he sometido a nadie a entrenamientos que son más propios, si es que realmente lo son, de personas ya muy adiestradas y experimentadas. Si a duras penas una persona hace copiados sin faltas de ortografía, cómo vamos a exigirle que haga redacciones. Yo y mis ejemplos.

          Algo que he criticado en unos 500 artículos es eso de que existan instructores que no razonan el porqué de lo que dicen que hay que hacer. Esos no me valen, por muy buenos que personalmente sean en el manejo del arma y en el alcance a balazos de la silueta. Eso es lo que espero de un tirador bueno y seguro. Pero de un profesor o maestro del tiro policial exijo conocimientos y capacidad de expresión, de exposición y de convicción.

          Por todo ello, González, creo que pensamos lo mismo sobre estos asuntos. Pienso que tal vez no entendí qué querías decir, pues, tal como lo sigo leyendo y tratando de entender, no dejo de pensar que dices que Paquito, insisto que es una persona física, quiere un lerdo que le enseñe poco y que lo ponga en peligro. Y no es así, eso ya lo tiene y lo sufre: su instructor no le enseña nada y lo pone en permanente peligro, pero no lo pone en peligro en su línea de tiro, no, lo pone en peligro al dejarlo salir a la calle sin saber manejar bien su arma y sin tener confianza en sí. Pero claro, es que su instructor es de los que grita que si por él fuese no llevarían armas de fuego (lo dirá de mentira, porque entonces se tendría que buscar un boquete en automoción, que es más sucio). Y encima y para colmo, cuenta con un arma corta personal del calibre 6,35 mm. Creo que esto lo termina de definir.

          González, mi falta de exquisita educación me hace ser malhablado, lenguaraz, por la naturaleza del lugar en el que me crié (más bien al lugar al que sobreviví), por ello insulto por igual, pero siempre con argumentos, a los que enseñan mal por anquilosamiento como a los que lo hacen por fantasmerío.

          Creo que la polémica queda zanjada, al menos por mí parte.

          Un saludo.

          Ernesto Pérez Vera.

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    Alguien González

    Tranquilo Ernesto, disculpas aceptadas, y espero que el compañero Paco encuentre algún Instructor sensato,profesional y con conocimientos que sepa transmitir (cosa muy importante), y le pueda satisfacer sus necesidades formativas.

    Un saludo,

    Alguien González

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