La AEGC y FEDUR exponen ante más de 40 profesionales las características mínimas que debe tener un chaleco de protección balística

La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), en colaboración con el fabricante de soluciones de protección balística FEDUR, organizó el pasado miércoles 18 de marzo la 1ª Jornada Teórico-Práctica de Protección Balística en las instalaciones de la policía local de El Campello (Alicante). Esta interesante y necesaria jornada, en la que se explicó de forma tanto teórica como práctica a los más de 40 profesionales de las fuerzas del orden asistentes los requisitos mínimos que los profesionales deben exigir a un chaleco de protección balística, contó también con la colaboración de los sindicatos SIPOL, CEP, así como del Ayuntamiento de El Campello y la Diputación Provincial de Alicante.

jornada_balistica_campello_1Esta primera jornada formativa basada en los sistemas de Protección Balística Personal arrancó con una breve introducción sobre medidas de seguridad personal (S.Y.A.P), donde se incidió en la importancia que tiene para todo profesional de la seguridad el saber qué requisitos mínimos debe exigir a cualquier fabricante o distribuidor de soluciones de protección balística. Así lo expresó en su intervención introductoria Juan Carlos Fernández Reyes, miembro de la AEGC y uno de los principales organizadores del evento: “El objetivo de esta jornada es únicamente informar y que seamos conscientes de que el material que tenemos que llevar en nuestro trabajo diario no tiene que ser bueno. Tiene que ser el mejor”.

El principal encargado de llevar a cabo toda la parte teórica de este seminario fue Fernando Ferrer, representante de la empresa española FEDUR, dedicada a la fabricación de equipos de protección personal, policial y militar desde el año 1960. FEDUR, que ha sido la empresa encargada de fabricar el nuevo chaleco antibalas del Cuerpo Nacional de Policía, tiene como principales clientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Militares de España (código de fabricante F.A.S. 1753-B) así como de otros países como Estados Unidos, Argelia, Francia, Portugal, o Argentina, entre muchos otros. FEDUR actualmente fabrica todo tipo de soluciones de protección balística, como cascos antibalas y antidisturbios, chalecos de protección (antibalas, anti-cuchillos, antidisturbios, anti-fragmentos…), placas balísticas de alto nivel de protección (para detener munición de guerra y de caza), escudos antibalas y antidisturbios, kits de blindaje para vehículos, etc.

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Más de 40 profesionales de la seguridad pública y privada asistieron a esta 1ª jornada teórico-práctica sobre protección balística personal

Fernando Ferrer inició su exposición dejando claro que no existe ningún chaleco antibalas como tal en el mercado. Siempre habrá algún tipo de proyectil que superará ese chaleco o la placa balística. De ahí que lo más conveniente sería cambiar el concepto de chaleco antibalas y sustituirlo por el de chaleco de protección balística o de resistencia balística. “Lamentablemente, los que diseñan munición van más rápido que los que diseñamos protección, de ahí que continuamente aparezcan en el mercado nuevos proyectiles o municiones con cualidades perforantes que tenemos que intentar detener”, aseguró el representante de la casa FEDUR. Otro punto importante en el que incidió en varias ocasiones el propio Fernando fue en que en balística, precio y peso están en el sentido opuesto de la balanza. Es decir, que contra más ligera sea la solución balística, más cara resultará de fabricar, y viceversa.

Dado que el principal objetivo de la jornada era formar y concienciar a los asistentes acerca de las cualidades y características mínimas que debe tener un chaleco balístico, Fernando Ferrer expuso: “Lo primero que debo preguntarme antes de pensar en comprar un chaleco balístico es qué tipo de chaleco necesito. ¿Qué tipo de proyectiles o calibres quiero que pare?, ¿qué resistencia al cuchillo quiero que tenga? Contra más información y más exija al fabricante, mejor producto final conseguiré”. Sobre la necesidad de uso o la diferente aplicación del chaleco, Ferrer distinguió entre 2 opciones: el chaleco interno y el chaleco externo. En la primera opción, la principal ventaja es que su porte no se note o no se perciba a simple vista; de ahí que no se pueda superar un cierto nivel de protección para que el chaleco no abulte demasiado y pierda su principal ventaja. En cuanto al chaleco externo, lo primero que habría que preguntarse es cuánto se va a usar, esto es, si va a ser sólo para determinados momentos, como un control de carretera, o para una jornada completa de 8 horas, etc. Así podremos definir qué requisitos debe tener cada uno de estos chalecos para que ofrezcan la protección necesaria en cada caso, y sobre todo, que sean cómodos, porque “el peor chaleco es el que no te pones”.

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FEDUR ha sido la empresa seleccionada por el CNP para fabricar el chaleco balístico de todos sus agentes

Protección balística
La primera pregunta que todo profesional de la seguridad debe plantearse a la hora de valorar la posible compra de un chaleco personal es qué tipo de protección necesita o desea primar. Si hablamos de protección balística, como asegura el propio Fernando deberemos tener en cuenta que “hay municiones que ningún chaleco, por muy bueno que sea, es incapaz de parar. Del mismo modo también tendremos que saber que el chaleco antibalas no funciona igual en toda su superficie. En este sentido, contra más se aleja el punto de impacto del centro del panel balístico, más difícil será de parar. Para lograrlo, tendrás que llevar más capas de protección, lo que irremediablemente se traducirá en un chaleco más incómodo y pesado”.

Respecto a la variedad de normativas que rigen y certifican la protección balística de los chalecos, al contrario de lo que muchos piensan, para el representante de FEDUR, la NIJ estadounidense es la menos exigente. “La NIJ está pensada para el tipo de amenazas y delincuencia que habita en Estados Unidos, y allí no tienen tantas escopetas de caza como aquí, ni es tan habitual el uso de municiones perforantes o expansivas”.

Otro elemento que habrá que tener en cuenta a la hora de valorar un chaleco, pues es un factor que afecta a su rendimiento, es la temperatura ambiental. En este sentido, las fibras y los tejidos con los que están elaborados los chalecos no responden igual a 60º C que a -20º C. Del mismo modo, también hay que ser conscientes de que el principal enemigo de un chaleco balístico es el agua, concretamente el sudor. En este sentido, para Ferrer “es fundamental que el panel balístico esté correctamente termosellado, ya que al 95% de los chalecos del mercado, cuando están mojados o húmedos, les disparas y las fibras son incapaces de detener el proyectil”. Esta resistencia al agua y la humedad es tan importante que algunas unidades, como por ejemplo el Cuerpo Nacional de Policía (CNP), exigen que se cumpla a rajatabla en sus chalecos balísticos. Así lo confesó el proveedor oficial de chalecos del CNP, quien desveló que los técnicos de este cuerpo sumergen el chaleco balístico en agua, sin la funda antihumedad. Después de esa inmersión se le efectúan dos disparos, y aunque no si mide el trauma provocado por los proyectiles, sí que se exige que las fibras balísticas detengan las balas.

Esta prueba de inmersión en agua y posterior disparo es un requisito casi exclusivo del CNP, por lo que no se ajusta a ninguna normativa establecida. Algo similar sucedía con la Guardia Civil, para quien hace unos años era fundamental que sus chalecos de protección balística fueran capaces de soportar una ráfaga de 4 disparos. Esta prueba, como confesó el propio Fernando Ferrer, la ejecutaba un guardia que tenía una precisión increíble y que era capaz de colocar con sumo tino y precisión los 4 impactos en ráfaga a una distancia crítica para medir la resistencia balística del chaleco. Otra de las pruebas más duras a las que se someten a la mayoría de los chalecos son los disparos en ángulo. Y es que el panel balístico tiene que comportarse de forma correcta en cualquier situación, incluso cuando recibe un disparo por ejemplo a 30 mm del borde del panel, tal y como se exige según la normativa de certificación alemana.

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Fernando Ferrer de la empresa FEDUR muestra algunas de las cuchillas que se utilizan para certificar la resistencia anti cuchillo de un chaleco

Protección anti arma blanca
“Los mejores tejidos de protección balística suelen ser los peores para protegernos ante un arma blanca”. Con esta rotunda afirmación el representante de FEDUR inició su exposición sobre el otro requisito que se exige a un chaleco de protección personal: la resistencia anti cuchillo. Tal y como reconoció Fernando Ferrer, “es más fácil parar las balas que las cuchilladas. Sin embargo, en el mercado actual existe mucho fraude y muy poca información y se están comercializando productos que no ofrecen la resistencia anti arma blanca que prometen”. Del mismo modo, prosiguió Fernando, “cuando nos planteamos la compra de un chaleco anti cuchillo tenemos que ser conscientes de que esta solución también tendrá sus inconvenientes: generalmente los disparos en ángulo serán más peligrosos que en un chaleco antibalas estándar, al tender los proyectiles a resbalar más; y por otro lado será a buen seguro un chaleco más pesado, más rígido, y por tanto más incómodo de llevar”.

Exigencias básicas
Para completar y finalizar su exposición teórica, Fernando Ferrer lanzó una serie de recomendaciones a los profesionales asistentes a esta jornada de formación para que exijan a los fabricantes y distribuidores de chalecos de protección balística la siguiente información:

1. Superficie de protección
Este es un dato fundamental que debe estar indicado en el propio panel balístico. Algunos fabricantes recortan las capas de tejido para que el chaleco resulte más cómodo o ligero. Si lo hacen, aunque lo permita la normativa, deberían indicarlo y reflejar la superficie total de protección que ofrece el producto.

2. Peso exacto
El fabricante o distribuidor debe informar del peso exacto del chaleco. Y el peso correcto incluye también el peso de la funda.

3. Testado por un laboratorio independiente
Si no tenemos medios para probar nosotros mismos el chaleco balístico que queremos adquirir, al menos deberíamos exigir que esté probado y certificado por un laboratorio externo, ajeno a la empresa fabricante, y totalmente independiente. En este sentido, no deberíamos admitir tampoco los certificados que emiten los propios fabricantes de los tejidos balísticos.

4. Confirmar la caducidad
Como el propio Fernando reconoció, si un chaleco está bien fabricado, podremos usarlo y nos servirá mucho más allá de su fecha de caducidad. Sin embargo, el problema que tendremos si lo hacemos es que no nos cubrirá su seguro de Responsabilidad Civil. A este respecto, en Europa se exige a los fabricantes que el chaleco tenga una caducidad de 10 años (el tiempo exacto que dura su seguro de Responsabilidad Civil); mientras que en Estados Unidos lo habitual es que los chalecos tengan una caducidad de 5 años. Es muy importante que el fabricante o distribuidor aclare este aspecto.

5. Pedir el test report de las pruebas
Tenemos que saber qué pruebas se le han hecho al chaleco y en qué condiciones. Esta es una información que el fabricante debe proporcionarnos, ya que en este test report también suele figurar la cantidad de capas de tejido balístico que contiene el chaleco, así como la composición de las mismas.

6. Información clara y visible
La información del chaleco debe estar ubicada en un lugar visible, como por ejemplo en la funda termosellada del panel balístico. Es importante que esta información no vaya pegada o adherida de alguna forma que pueda borrarse o perderse con el paso del tiempo. Debe mantenerse visible al menos durante los 5 o 10 años que marque su caducidad.

7. Comprobar el termosellado del panel
Por último, comprobar que la funda que protege al panel balístico está correctamente termosellada, o al menos, que no esté cosida, ya que si es así será una fuente segura de entrada de humedad que afectará al rendimiento de nuestro chaleco de protección balística.

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Elenco de armas largas y cortas, y municiones de distintos calibres y puntas que se utilizaron durante la prueba de resistencia balística

Prueba con fuego real
Para concluir esta 1ª Jornada Teórico-Práctica de Protección Balística se procedió a disparar con diferentes armas, calibres y tipos de proyectiles sobre diversas soluciones balísticas. Estas pruebas se realizaron en la galería de tiro que la propia comisaría de policía local de El Campello posee en el sótano de sus instalaciones. En primer lugar, se comprobó la resistencia de las placas balísticas que se utilizan a nivel militar para tratar de detener los proyectiles disparados por fusiles militares. Todos los test se realizaron disparando sobre las soluciones balísticas, teniendo como soporte o “testigo” un bloque de plastilina balística que, según se apresuró a confesar el representante de FEDUR, era “más dura que la habitual plastilina Roma”.

Colocado el primer panel de protección balística, un agente de la policía local cargó su rifle Dragunov del calibre 7.62x54R con un cartucho FMJ (Full Metal Jacket) y disparó a una distancia de entre 10-15 metros. El impacto golpeó en el extremo inferior de la placa, lo que hizo que el proyectil apenas la rozara y atravesara por completo el bloque de plastilina. Un segundo impacto con este mismo calibre y tipo de cartucho fue a parar esta vez sí al centro del panel. En esta ocasión el proyectil no atravesó la placa, pero sí que provocó un fuerte trauma que dio una medición aproximada de unos 20 mm (hundimiento de la plastilina al recibir el impacto). Para comprobar el rendimiento de esa misma placa con otro tipo de proyectil se realizó un tercer disparo con el rifle Dragunov, esta vez con un cartucho semiblindado de punta blanda expansiva (típico de caza). El resultado fue muy similar al anterior, consiguiendo la placa detener el proyectil y que el trauma provocado no fuera demasiado significativo.

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Fernando Ferrer con el panel balístico de un chaleco en la mano izquierda, y señalando el trauma provocado en la plastilina balística con la otra

Para completar la sesión de tiro con arma larga y contra las placas balísticas se realizó un último test, esta vez cambiando el tipo de arma. El agente de policía utilizó en esta ocasión un rifle Smith & Wesson M&P15 en calibre .300 Blackout. Lo alimentó con un cartucho recargado con punta blindada de 168 grains y disparó contra la placa. En esta ocasión el resultado lesivo fue todavía inferior al provocado con los cartuchos del calibre 7.62x54R, demostrando que este rifle y calibre es menos potente que el arma rusa, y que la placa balística desarrollada por FEDUR puede parar sin demasiados problemas los disparos de este conjunto de arma y calibre.

Finalizados los test con las armas largas, llegó el momento de probar el comportamiento de los chalecos balísticos de FEDUR con disparos de arma corta. En primer lugar se probó una solución balística más ligera y flexible que, según su fabricante, es el mínimo exigible para detener un disparo del calibre 9mm Parabellum. En esta ocasión, un Guardia Civil se colocó a una distancia de 3-5 metros del chaleco balístico y disparó con su pistola Beretta 92 del 9mm Parabellum al centro del chaleco. Efectivamente, las fibras del chaleco detuvieron el proyectil, y el trauma provocado apenas superó los veintipocos milímetros. Posteriormente se sustituyó este chaleco balístico por otro de una solución balística más exigente y se repitió el proceso de disparo. Nuevamente, el chaleco demostró detener eficazmente el proyectil, generando un trauma aún menor.

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Comprobando el trauma provocado tras uno de los disparos del test de resistencia balística

Tras disparar con otras armas y proyectiles, como un revólver del .38 Special, que apenas tuvieron incidencia sobre la solución balística, se procedió por último a medir la resistencia anti cuchillo de los chalecos. Con el panel balístico colocado sobre el bloque de plastilina, algunos de los asistentes acuchillaron con firmeza diferentes paneles. Uno de ellos se traspasó y dejó entrar la cuchillada, mientras que otro de ellos, el más rígido, menos flexible y pesado, aguantó perfectamente todas las embestidas y puñaladas.

Con esta gráfica prueba se dio por finalizada esta 1ª Jornada Teórico-Práctica de Protección Balística, organizada por la AEGC y FEDUR, y que sirvió para formar, informar y demostrar las cualidades y requisitos mínimos que debe tener un buen chaleco de protección balística y anti arma blanca.

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