Recuerdos de la media veda: una inmejorable tirada de palomas entre amigos

Tras varios sinsabores, tan habituales entre quienes vivimos con pasión el mundo de la caza, por fin puedo compartir con vosotros un buen fin de semana cinegético de media veda. En esta ocasión cacé con mi escopeta Beretta Urika 2 y mi Laurona superpuesta. La munición utilizada fue la JG Especial Caza de 34 gramos en 7,5 y 6. Más adelante comentaré en otro post mis impresiones al respecto, aunque de entrada ya os digo que ambas son magníficas.

Esta jornada de caza realmente comenzó a formarse a primeros de agosto, cuando mi gran amigo Jesús me llamó con la ilusión de celebrar su ya famosa tirada de palomas entre amigos. Recorrimos mano a mano su finca, observando los pasos y disfrutando de las carreras de los conejos. Determinamos las ubicaciones de los puestos y nos fuimos de vacaciones con la ilusión de pensar que, al volver, tendríamos una buena jornada de caza con la mejor de las compañías.

Efectivamente, a la vuelta de vacaciones Jesús se hizo acompañar de ayuda y fue construyendo puestos «lujosos» para el paso de la paloma. Después de muchas risas con la preparación, nos citamos en una gasolinera cercana a la entrada del coto a las 06:50h, justo cuando el cielo empieza a abandonar su negrura y se torna en un azul oscuro intenso…

Allí nos encontramos Gonzalo, Ian, Ignacio, Jose, Jesús, Luis y yo. Entramos con ilusión contenida en la finca, el cielo era ya de un azul tibio con alguna nube y una brisa fresca, casi fría…  Nos colocamos en los puestos, cargamos las armas y comenzó una espera cargada de emoción casi infantil.

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Vista de la finca desde mi puesto de caza, a la espera del paso de las palomas

Se acerca la primera paloma de la mañana; viene de pico hacia mi puesto. Me agacho… «sigue cumpliendo»… como si de un mantra se tratara, me repito una y otra vez, “déjala cumplir, déjala cumplir…” Cuando ya distingo el pico, quito el seguro de mi Beretta, me levanto, e inmediatamente la torcaz emprende un vuelo de escapada de derecha a izquierda. Apunto con tranquilidad y abro fuego. Plumas, corro la mano… ¡fuego! Esta vez hay impacto certero y el animal cae a plomo. Sólo 10 minutos pasan de las 07:00h y ya ha entrado una, además de la manera más honesta y noble posible.

Poco a poco van entrando al puesto, casi todo torcaces. Los disparos se suceden aislados, y asistimos a magníficos aciertos (estoy en frente de Jesús, y flanqueado por Luis e Ian). Hacia las 08:00h, el goteo se ralentiza. Vemos pasar bandos grandes a cierta distancia, aunque parecen tener una querencia artificial a campos en barbecho, seguramente cebaderos. Por entonces, el viento ha cambiado de dirección. Comienza a vibrar el teléfono en el bolsillo… ¡maldito Whatsapp! Empezamos a compartir temores, pero tanto Jesús como yo conocemos bien la finca y sabemos que la hora fuerte son las 09:30h.

Efectivamente, a las 09:30h se desata un pequeño “armaggedon palomero”. Las aves vienen en todas las direcciones, de dos en dos, en grupos de tres, algún bando de 10-12… Los disparos suenan por doquier en todos los puestos. En el grupo nos vamos avisando por nuestro nombre: ¡Ian! ¡Encima tuyo! ¡Jesús por detrás!… a todo esto, vuelve a vibrar el teléfono (luego veré el mensaje pienso yo). Hacia las 10 o 10:15h regresa la calma. Así que ahora sí, consulto el teléfono. El mensaje era de Gonzalo: “ahora no escribís nada, ¿eh cabrones?”

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Cartuchos JG Especial caza de 34 gramos utilizados durante la jornada de caza. Su resultado es excelente

Sobre las 10:30h nos retiramos y cobramos las piezas abatidas. Por supuesto, ¡¡¡recogemos las vainas!!! y cualquier resto de suciedad provocada por nuestra presencia en la finca. No son perchas enormes, pero ¡ni falta que hace! Alguno ha abatido 2, otro 5, otro 4… Y casi todos hemos tirado algo más de una caja.

Preparamos la mesa y justo a la hora que comienza a calentar el sol, a la sombra de un olivo, nos sentamos los “7 magníficos” delante de un taco digno de la mejor de las mesas. Eso sí, con una decoración muy difícil de superar: un olivar cuidado y ya viejo, y al fondo, los campos de Castilla la vieja… Mejor imposible.

Categorias: Caza

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