La Operación Huerto: eliminar la amenaza nuclear Siria

Un país hostil intenta fabricar una bomba nuclear. Tras este plan se esconde el cerebro de alguien cuyo objetivo es destruir Israel. Harían falta 3 unidades de Operaciones Especiales para lidiar con la amenaza: una Unidad de Fuerzas Especiales infiltrada en lo más profundo del territorio enemigo para confirmar la amenaza; una unidad aérea especializada para acabar con ella; y por último, una unidad ejecutora para encargarse del hombre detrás de la amenaza. Esta es la historia secreta de la Operación Huerto.

22 de abril de 2004, Ryonchon, Corea del Norte
En el interior del opaco estado comunista, un tren surca una remota ciudad al norte del país. Cuando de repente, explota. Varios cientos de personas mueren y la explosión causa unos 2.000 heridos. Según el gobierno norcoreano, el tren transportaba petróleo licuado, pero antes de que nadie pudiera descubrir nada más, el régimen prohíbe emitir cualquier información más sobre el incidente.

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En esta foto se puede apreciar la magnitud de la explosión del tren. Dejó un cráter de 72 metros de profundidad y la magnitud fue equivalente a un terremoto de 3,6 en la escala de Richter

A 8.000 kilómetros de allí, una nación sigue este incidente con gran interés.

1 de mayo de 2004, Tel Aviv, Israel
Meir Dagan es el jefe de la agencia de inteligencia israelí, el Mossad. El 1 de mayo de 2004, Dagan recibe informes de inteligencia que apuntan a que una aeronave siria ha aterrizado en Corea del Norte. El contacto entre Corea del Norte y el mundo árabe no es nada frecuente y muy preocupante para Israel.

Supuestamente, la aeronave transporta ayuda humanitaria. Pero según la inteligencia del Mossad, se confirma que en vez de cajas con comida, transporta ataúdes forrados de plomo, en cuyo interior se cree que se encuentran las víctimas del accidente del tren de Corea del Norte. Y los hombres que los transportan están ataviados con trajes de protección NBQ. Algo realmente extraño.

Entonces Dagan recibe información de que lo que se transporta en esas «cajas» no son cadáveres de civiles norcoreanos, sino que son realmente cadáveres de científicos sirios envenenados por radiación. Esto levanta sospechas sobre una posibilidad aterradora para Dagan: ¿tendría Siria armas nucleares?

La amenaza
Tras acceder al ordenador de un funcionario nuclear de alto rango sirio, el Mossad analiza los archivos del disco duro. Lo que hallaron fue realmente extraordinario. Aparecen cientos de fotos que documentan la construcción de una enorme instalación industrial de 40x40x20 metros. Tras ser analizadas por expertos, se determina que las imágenes muestran una réplica exacta de la instalación nuclear de Yeonpeyong, en Corea del Norte. La evidencia era aplastante. Corea del Norte estaba fabricando un reactor nuclear en Siria. Ahora que sabían de su existencia, la pregunta era evidente: ¿dónde estaba?

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Fotografía satélite de la instalación industrial situada en Al-Kibar. Debajo de este edificio se encontraba el reactor nuclear sirio

Tras analizar el desierto sirio en busca de la localización del reactor, el Mossad lo encuentra finalmente en Al-Kibar. Armado con estos datos, Dagan acude al primer ministro israelí, Ehud Ólmert, quien reconoce la gravedad de la amenaza. La solución: Destruirlo. ¿Pero cómo hacerlo? Si el reactor ya estaba activo, su destrucción podría desencadenar una catástrofe ecológica de enormes dimensiones. Para saber el estado de la instalación, había que enviar a alguien sobre el terreno. Ólmert solo cuenta con un puñado de hombres capacitados para actuar sin ser detectados a cientos de kilómetros dentro de territorio enemigo. Así que llama a la unidad de élite de operaciones especiales de Israel: el Sayeret Matkal.

sayeret_matkal_israelEl Sayeret Matkal
En otros países se los conoce como «la unidad», en hebreo son los Sayeret Matkal. Ellos son el comando de élite del Ejército israelí. Son una leyenda en Israel. Un mito. La unidad más especializada del Ejército. Están dedicados exclusivamente a las operaciones especiales, consideradas fuera del alcance de las tropas regulares. Es una unidad formada al estilo del SAS británico, los SEALs o los Delta Force estadounidenses. Son la unidad mejor entrenada el mundo.

Si hay algo en lo que los Sayeret Matkal están especializados son las operaciones encubiertas tras las líneas enemigas. Son expertos en infiltrarse en países enemigos, en operaciones encubiertas de recopilación de inteligencia. Han actuado en Jordania, Líbano… han cumplido sus misiones y han salido de esos países sin ser detectados.

Agosto de 2007, ubicación desconocida
Aunque nunca se ha admitido oficialmente, una nublada noche de verano, los comandos seleccionados se prepararon para abordar su misión. Se internaron en las líneas enemigas con el propósito de confirmar la existencia de un programa de desarrollo de armas nucleares en Siria. Se da por supuesto que utilizaron dos helicópteros Sikorsky CH-53 Sea Stallion para volar a poca altitud y cruzar la frontera hasta Siria. Como medida de precaución, algunos de los comandos iban vestidos de soldados sirios y fueron trasladados hasta una distancia de seguridad de la instalación. Se ponen en marcha sabiendo que, pase lo que pase, deben pasar inadvertidos para las autoridades sirias. Si son descubiertos, no hay posibilidad de rescate.

Los Sayeret Matkal se aproximan hasta estar a unos metros de la estación de Al-Kibar y de inmediato comienzan la recopilación de información. Sacaron fotos de la instalación y tomaron muestras del suelo en busca de radiación. Una vez completada la operación, los comandos borran sus rastros y se preparan para huir. Vuelven a casa con las muestras de agua y tierra, así como con las valiosas fotos.

Tras analizar las muestras recogidas por el Sayeret Matkal, se le dan los resultados a Ólmert y a Dagan. Las muestras contienen restos de contaminación nuclear, pero por suerte en pequeñas dosis, lo que indica que el reactor aún no está operativo. Esto significa que Ólmert puede disponer la destrucción del reactor. De nuevo, la pregunta es cómo destruirlo. La primera opción es enviar a los Sayeret Matkal otra vez, pero con un reactor de esas dimensiones, no sería suficiente con enviar un equipo de 5 hombres con mochilas cargadas de explosivos. La única opción viable es un ataque aéreo, ya que permite operar con diligencia y rapidez. Para ello, Ólmert recurre a los Ha’patishim.

El escuadrón 69
El escuadrón 69, conocido como los Ha’patishim o el escuadrón Hammers, son la élite de la Fuerza Aérea israelí. No hay mejor escuadrón capacitado para destruir un reactor nuclear enemigo, y eso es porque ya lo habían hecho en el pasado. 25 años antes, 8 pilotos Ha’patishim sobrevolaron Irak para bombardear la instalación nuclear construida por Saddam Hussein. Burlando a las defensas aéreas iraquíes, volaron la instalación en un ataque de precisión quirúrgica. Pero un cuarto de siglo después, el ataque sobre Siria se prevé más difícil.

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Dos F-15 Israelíes del escuadrón 69 practican maniobras de evasión aérea en el marco del ejercicio Red Flag, en la base aérea de Nellis, Nevada, en agosto de 2004

Durante décadas, Siria había estado desarrollando uno de los mejores sistemas de defensa antiaérea del mundo. La punta de lanza de su defensa antiaérea era el sistema antiaéreo ruso Tor-M1. Además de baterías de misiles tierra-aire. Pero los Ha’patishim disponen de aviones diseñados para eludir esas defensas antiaéreas: los cazas F-15 y F-16, los cuales disponen de contramedidas electrónicas para burlar los sistemas de defensa aérea sirios y permitir que la aeronave entre en el espacio aéreo enemigo sin ser detectada.

Para que todo salga bien, unos días antes practican bombardeos verticales en picado sobre objetivos pequeños. En función de su puntería, serán seleccionados de entre todos ellos unos pocos pilotos para realizar la misión, ya que el número de aviones que se pueden enviar es limitado. Y es que cuantas más aeronaves se envíen, más posibilidades habrá de ser descubiertos.

5 de septiembre de 2007, Base Aérea de Ramat David
10 pilotos del escuadrón 69 reciben la orden de despegar. Los F-16 y los F-15 despegan armados con 65 bombas AGM de 225 Kg. Ponen rumbo al mar a casi 1.000 Km/h siguiendo una ruta diseñada para no ser detectados por las defensas antiaéreas sirias. Una vez comprobado que ninguno de los aviones presenta ninguna avería, tres de los F-15 reciben la orden de volver a casa. Los 7 restantes se aproximan al espacio aéreo sirio. Sirviéndose de códigos supuestamente comprados a Rusia, los israelíes consiguen que las defensas antiaéreas sirias detecten de repente cientos de aviones enemigos, para a continuación no detectar ninguno en absoluto. De manera que los sirios se lo explican como un fallo técnico esporádico.

En la siguiente fase, los pilotos del escuadrón 69 reciben las coordenadas del reactor nuclear de Al-Kibar y se preparan para iniciar el bombardeo. Nada más iniciar el ataque, los pilotos detectan de repente el lanzamiento de cohetes antiaéreos. Tras segundos sin comunicación, en el Centro de Mando se escucha: «Arizona». La palabra clave que confirma que las bombas han alcanzado el objetivo. No se ha perdido ningún avión israelí y del reactor no queda ni rastro. Los pilotos salen del espacio aéreo sirio a toda velocidad, la misión ha sido un éxito.

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Fotografía Satélite del antes (foto izquierda) y después (foto derecha) del ataque aéreo al reactor nuclear del Al-Kibar

Ólmert se pone en contacto con la Casa Blanca para comunicarle al presidente George W. Bush que algo que nunca existió, había dejado de existir.

A continuación, sigue la tensa espera a una respuesta siria. Justo después del ataque, Ólmert envía un mensaje al presidente sirio, Bashar Al-Assad, comunicándole que Israel nunca se atribuirá públicamente la autoría del bombardeo. Finalmente, el gobierno sirio comunica por televisión que se ha repelido un ataque aéreo israelí en suelo sirio. Es mentira, pero una mentira que contenta a ambos países y que sirve para simular que el bombardeo nunca se produjo.

Sin embargo aún queda un cabo suelto, ¿quién fue el cerebro detrás del Programa Nuclear Sirio? Tras investigar, el Mossad descubre que detrás de todo esto está el General Muhammad Suleiman. Él era la mano derecha de Assad, de hecho era apodado como «la sombra de Assad» debido a su cercanía, y conocido por su odio enquistado contra Israel.

Tras la destrucción del reactor, el Mossad recibió información de que los sirios estaban aunando esfuerzos para ponerlo de nuevo en funcionamiento. Los israelíes concluyen que mientras Suleiman esté al cargo, la amenaza seguirá existiendo. Así que hay que eliminarlo. Pero hacerse cargo de Suleiman resulta aún más complejo que atacar un reactor nuclear bien defendido. El General sirio es un hombre muy precavido, sus movimientos se mantienen en celoso secreto, en Damasco siempre dispone de vigilancia armada, por lo que acceder a él es imposible.

Pero a mediados del verano de 2008, el Mossad descubre que Suleiman planea pasar las vacaciones en un palacete de la ciudad costera de Tartús. Allí, la seguridad es más laxa, por lo que los israelíes están ante una oportunidad única. Para llevar a cabo esta misión, será necesaria la intervención de otra unidad de Operaciones Especiales Israelí: el Kidon.

El Kidon
kidon_fuerzas_especiales_israelKidon significa bayoneta. Es famosa su reputación de asesinos, pero también su habilidad para entrar y salir a hurtadillas de cualquier país. Incluso entre sus enemigos, son respetados por su talento y su formación en Operaciones Especiales. Los Kidon son el cuerpo de élite más reservado de Israel, ningún gobierno israelí ha revelado nunca más que algunos detalles sobre sus misiones. Se les conoce por su especialidad: asesinar a los enemigos de Israel. Dondequiera que estén.

Se han encargado de muchos científicos iraníes, norcoreanos, sirios… No hay ninguna unidad mejor preparada en Israel para llevar a cabo ejecuciones en el extranjero que el Kidon. Es la unidad a la que muchos atribuyen la planificación y el asesinato del General Muhammad Suleiman.

Cuando los miembros del Kidon estudiaban los planos del palacete, se percataron de que si bien el lado que daba a la calle estaba fuertemente vigilado, desde el lado que daba al mar estaba totalmente expuesto. También descubrieron que a Suleiman le gustaba organizar fiestas en la azotea que miraba al mar.

Inicialmente, consideran llegar con una embarcación cerca de la orilla, para que un francotirador pueda alcanzar a Suleiman desde el barco. Pero un disparo desde un barco en movimiento era demasiado arriesgado, así que se descartó esta opción. La única alternativa es hacerlo desde tierra firme.

2 de agosto de 2008, Aguas Territoriales Sirias
Un yate recorre la costa del Mediterráneo rumbo a Tartús. Entre la tripulación viajan dos francotiradores del Kidon. A un kilómetro de la costa, los asesinos se ponen un traje de buzo y se abren camino hasta la orilla. Al mismo tiempo, el General Suleiman llegaba a su casa veraniega. Al caer el sol, los francotiradores salen del agua. Observan a los invitados conversando en la terraza, saben que sus oscuras figuras son invisibles para cualquiera desde arriba. Entonces, Suleiman aparece. Había organizado una cena con familia y amigos, todos estaban sentados a la mesa.

Mientras el General atiende a los invitados, los francotiradores lo enfocan con sus miras telescópicas. Esperan pacientemente el momento adecuado, llevan dispositivos de audio por los que oyen una cuenta atrás electrónica. Lo cual asegurará simultaneidad en los disparos.

Se escuchan dos disparos, ambos proyectiles habían alcanzado su objetivo: uno en la cabeza, otro en el cuello. Segundos después, los dos tiradores desaparecen en las aguas de la costa de Tartús.

Como en el bombardeo del reactor, Israel nunca admitiría oficialmente haber asesinado al General Suleiman, sin embargo han dicho cosas referentes a este incidente, al que calificaron como «feliz accidente», según consta en la declaración oficial sobre el asunto.

Conclusión
Eliminar la amenaza del programa de armas nucleares sirio fue un logro extraordinario que requirió la intervención de tres unidades de Operaciones Especiales de élite. El Sayeret Matkal para identificar la amenaza, los Ha’patishim para eliminarla, y el Kidon para garantizar que no se reprodujera. Gracias a la operación Huerto, se evitó que un régimen inestable y peligroso adquiriera las armas más letales de destrucción masiva. La importancia de esta operación no ha hecho sino acentuarse cuando a partir de 2011 Siria empezó a descender en picado, hasta su propia y cruel guerra civil, que aún perdura hoy en día.

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